PARTE DOS: NATURALEZA YORIGENDE LA MENTE

PREFACIO

Ahora paso a explicar aquellas cosas que deben necesariamente haber seguido del ser de Dios, o del Ser eterno e infinito: no, sin duda, de todas ellas, porque como hemos demostrado (I. /16) de este Ser siguen necesariamente una infinidad de cosas en una infinidad de modos, sino sólo aquellas que puedan llevarnos, como de la mano, al conocimiento de la mente humana y su felicidad suprema.

DEFINICIONES

d.1 CUERPO: UN MODO QUE EXPRESA EN UNA FORMA DETERMINADA EL SER DE DIOS,CONSIDERADO COMO LA REALIDAD EXTENSA (i/25 CON)

d.2 AL SER DE UNA COSA PERTENECE AQUELLO QUE POR SU PRESENCIA NECESARIAMENTE ESTABLECE LA COSA Y POR SU AUSENCIA NECESARIAMENTE ELIMINA LA COSA; en otras palabras: AQUELLO SIN LO CUAL LA COSA Y, VICE VERSA, ELLO MISMO SIN LA COSA, NO ES POSIBLE NI CONCEBIBLE.

d.3 IDEA: UN CONCEPTO FORMADO POR LA MENTE EN CUANTO PENSANTE.

Explicación: Digo concepto y no percepción, porque el término percepción sugiere pasividad de la mente ante el objeto, donde concepto expresa una actividad de la mente

d.4 IDEA ADECUADA: UNA IDEA QUE, CONSIDERADA EN SI, SIN RELACIóN SU OBJETO, TIENE TODAS LAS PROPIEDADES Y CARACTERISTICAS INTRINSICAS DE UNA IDEA VERDADERA. Explicacin: digo intróínsecas, con el objeto de excluir aquella característica que es extrínsica, o sea la concordancia

d.5 DURACION: LA CONTINUIDAD INDEFINIDA DE EXISTIR. Explicación: digo indefinida, puesto que no puede ser determinada dada la propia naturaleza de las cosas existentes, ni por su causa eficiente, la cual establece necesariamente la cosa pero no elimina la existencia de la cosa.

d.6 REALIDAD Y PERFECCION SON UNA Y LA MISMA COSA.

D.7 COSAS PARTICULARES: COSAS QUE SON FINITAS Y TIENEN UNA EXISTENCIA LIMITADA. ; POR TANTO, SI VARIOS INDIVIDUOS CONCURREN EN UNA ACCION, DE MODO DE SER EN CONJUNTO LA CAUSA DE UN EFECTO, LOS CONSIDERO TODOS COMO UNA COSA PARTICULAR.

A X I O M A S

a.1 EL SER DEL HOMBRE NO IMPLICA EXISTENCIA NECESARIA, ESTO ES: EN EL ORDEN DELA NATURALEZA, PUEDE SUCEDER QUE UN HOMBRE EXISTA O NO.

a.2 EL HOMBRE PIENSA.

a.3 MODOS DE PENSAMIENTO TALES COMO EL AMOR, EL DESEO, O CUALQUIER OTRO DE LOS LLAMADOS ESTADOS MENTALES, NO OCURREN A MENOS QUE UNO TENGA SIMULTANEAMENTE LA IDEA DE UNA COSA AMADA, DESEADA etc. PERO SE PUEDE TENER LA IDEA SIN OTRO MODO DE PENSAMIENTO.

a.4 SENTIMOS QUE NUESTRO CUERPO ES AFECTADO DE MUCHAS FORMAS.

a.5 SENTIMOS Y PERCIBIMOS NINGUNA OTRA COSA PARTICULAR QUE LOS CUERPOS Y LOS MODOS DE PENSAMIENTO.Los postulados se ubican a continuación de p. 13.

P R O P O S I C I O N E S

p.1 EL PENSAMIENTO ES ATRIBUTO DE DIOS, O DIOS ES LA REALIDAD PENSANTE. Dem. : Los pensamientos particulares, éste o aquel pensamiento, son modos que en forma fija y definitiva expresan la naturaleza de Dios (I. /25 cor.) Dios, por tanto tiene un atributo (I. /d. 5) cuyo concepto es implícito en todos los pensamientos particulares y mediante el cual se explican. Por tanto, el Pensamiento es uno de los infinitos atributos de Dios, que expresa su eterno e infinito ser (I. /d. 6 ). En otras palabras Dios es la realidad pensante; qed.

sc. Esta proposición es también evidente del hecho que podemos concebir al ser pensante como infinito. Pues en la medida que un ser pensante es capaz de más pensamientos, se asume que tiene más realidad o perfección. Un ser, por tanto, que puede pensar una infinidad de cosas en infinitas formas es, necesariamente, con respecto al pensamiento, infinito. Por tanto, El Pensamiento es necesariamente ( I. /d. 4 & 5) uno de los infinitos atributos de Dios.

p.2 LA EXTENSION ES ATRIBUTO DE DIOS, O DIOS ES LA REALIDAD EXTENSA. Dem.:Semejante a la de p.1.

p.3 NECESARIAMENTE HAY EN DIOS LA IDEA DE SU SER Y DE LAS COSAS QUE NECESARIAMENTE SIGUEN DE SU SER.Dem.: Dios (p. 1) puede pensar infinitas cosas en infinitas maneras, o (que es lo mismo) formar la idea de su ser y de todas las cosas que siguen de éste( I. / 16). Lo que est en áel poder de Dios es necesariamente (I. /35). Por tanto, una idea semejante necesariamente es y, solamente, en Dios (I. /15); qed.

sc. Los hombres entienden corrientemente por poder de Dios, el libre albedrío de Dios y su derecho sobre las cosas que existen, que luego consideran como contingentes. Dicen que Dios tiene el poder de destruir todas las cosas y reducirlas a la nada. Además el poder de Dios es frecuentemente mezclado con el de los reyes. Pero ya hemos refutado este error (I. /32 cor. 1 &2) y hemos demostrado que (I. /16) que Dios opera y se comprende por la misma necesidad ; en otras palabras sigue de la necesidad de la naturaleza divina (como todos admiten) que Dios se comprende, como también sigue de la misma necesidad que obra infinitamente en infinitas maneras. También demostramos ( I. /34) que el poder de Dios no es otra cosa que su ser activo; por tanto es imposible pensar en Dios como inactivo, como lo es pensarlo como inexistente. Si continuara con el tema, podría mostrar que el poder corrientemente atribuido a Dios no sólo es antropomorfismo ( en la medida que se considere a Dios como un hombre, o como semejante a un hombre) sino equivale a la impotencia. Sin embargo, no debemos hablar aquí tanto de este tema, sólo pido al lector, una y otra vez, que reconsideren lo expresado sobre este tema en la primera parte, desde p. 16 hasta el fin. Pues, nadie podrá comprenderme correctamente, sino es muy cuidadoso de no confundir el poder de Dios con el poder humano o con el derecho de los reyes.

p.4 LA IDEA DE DIOS, DE LA QUE SIGUE UNA INFINIDAD DE COSAS DE INFINITAS MANERAS, SOLO PUEDE SER UNICA. Dem.: El entendimiento infinito no puede conocer otra cosa que los atributos y estados de Dios ( I. / 30). Por consiguiente Dios es único (I. /14 cor.) Por tanto, la idea de Dios etc.: qed.

p.5 EL SER ESPECIFICO DE LAS IDEAS ADMITE COMO CAUSA A DIOS SOLO EN LA MEDIDA QUE ES CONSIDERADO COMO LA REALIDAD PENSANTE, NO EN CUANTO EXPLICADO POR OTRO ATRIBUTO; ESTO ES, LAS IDEAS TANTO DE LOS ATRIBUTOS DIVINOS COMO DE LAS COSAS PARTICULARES, NO ADMITEN COMO CAUSA EFICIENTE NI SUS OBJETOS (IDEATA) NI LAS COSAS PERCIBIDAS, SINO DIOS MISMO COMO REALIDAD PENSANTE. Dem.: Evidente dep. 3. Allí concluimos que Dios puede formar la idea de su ser y de todas las cosas que siguen de ello, solamente por cuanto es la realidad pensante, y no por ser el objeto de sus propias ideas. De donde el ser específico de las ideas admite como causa a Dios considerado como realidad pensante. También lo podemos demostrar en esta forma : el ser específico de las ideas es (obviamente) un modo de pensamiento, sto ées (I. /25 cor.) un modo que expresa en una forma determinada la naturaleza de Dios, sto es écomo realidad pensante, y por tanto (I. /a. 4) no es efecto de ningún atributo excepto el Pensamiento. Por tanto, el ser específico etc. ; qed.

p.6 LOS MODOS DE CUALQUIER ATRIBUTO SON CAUSADOS POR DIOS, EN LA MEDIDA QUE SE LE CONSIDERE MEDIANTE EL ATRIBUTO DEL CUAL SON MODOS , Y NO CONSIDERADOS MEDIANTE CUALQUIER OTRO ATRIBUTO.

Dem.: Cada atributo es evidente de por sí (I /10) por tanto los modos de cada atributo implican el concepto de su atributo, pero no de ningún otro. Así (I. /a, 4) los modos de cualquier atributo etc.: qed

p.7 EL ORDEN Y CONEXION DE LAS IDEAS ES EL MISMO QUE EL ORDEN Y CONEXION DE LAS COSAS. Dem.: Evidente de I. /a. 4 Pues la idea de todo lo causado, depende del conocimiento de la causa de la cual es efecto. De donde sigue:

cor. EL PODER DEL PENSAMIENTO DE DIOS ES IGUAL A SU PROPIO PODER DE ACCION; ESTO ES, LO QUE SIGA ESPECIFICAMENTE DE LA INFINITA NATURALEZA DE DIOS, TAMBIEN SIGUE OBJETIVAMENTE DE LA IDEA DE DIOS, EN EL MISMO ORDEN Y CONEXION.

sc. Antes de continuar, recordemos lo que se acaba de establecer, en otras palabras lo que percibe un entendimiento infinito como constituyente del ser de la sustancia, pertenece totalmente a la sustancia única; por tanto, la sustancia pensante y la sustancia extendida son una y la misma sustancia conocidas ahora mediante un atributo, luego mediante el otro. Así, el modo de extensión y la idea de ese modo son una y la misma cosa, si bien expresada de dos maneras. Esta verdad parece haber sido reconocida, nebulosamente, por aquellos hebreos que sostuvieron que: Dios, el entendimiento de Dios y las cosas conocidas por El, son idénticas. Por ejemplo, un círculo que exista en la naturaleza y la idea de ese círculo, que también está en Dios, son una y la misma cosa, considerada mediante distintos atributos. Así, cuando pensamos en la Naturaleza mediante el atributo de la Extensión, o mediante el atributo del Pensamiento, o mediante cualquier atributo, encontraremos el mismo orden, y una y la misma cadena de causas--sto es, éla mismas cosas siguientes en ambos casos. He dicho que Dios es la causa de una idea--como , la idea de un círculo--en la medida que El es la realidad pensante; pero lo expres simpleémente por cuanto la realidad específica de la idea de círculo sólo puede ser percibida mediante otra forma de pensar, como su causa aproximada, y ese modo mediante otro, y así hasta el infinito. Así mientras consideremos las cosas como modos de pensamiento, debemos explicar el orden de toda la Naturaleza, o toda la cadena de causas, mediante el atributo del Pensamiento solamente. En la medida que consideremos las cosas como modos de extensión, debemos explicar el orden de toda la Naturaleza mediante el atributo de Extensión solamente; y así por el estilo, en el caso de otros atributos. Por cuanto Dios, en la medida que consiste en infinitos atributos, es la causa de las cosas como son en sí mismas. Por ahora no puedo explicar las cosas más claramente.

p.8 LAS IDEAS DE LAS COSAS PARTICULARES O MODOS NO EXISTENTES DEBEN ESTAR COMPRENDIDOS EN LA INFINITA IDEA DE DIOS, DE LA MISMA FORMA QUE LO ESPECíFICO DE LAS COSAS O MODOS PARTICULARES ESTAN CONTENIDOS EN LOS ATRIBUTOS DE DIOS. Dem.: Evidente de p. 7 + sc. 1; de donde sigue:

cor. LAS COSAS PARTICULARES MIENTRAS NO TENGAN EXISTENCIA, EXCEPTO EN LA MEDIDA QUE ESTAN COMPRENDIDAS EN LOS ATRIBUTOS DE DIOS, SU ABSTRACCION O IDEAS NO EXISTEN, EXCEPTO EN LA MEDIDA QUE EXISTE LA INFINITA IDEA DE DIOS; CUANDO SE DICE QUE LAS COSAS PARTICULARES EXISTEN, NO SOLO COMO COMPRENDIDAS EN LOS ATRIBUTOS DE DIOS, SINO TAMBIEN CUANDO SE DICE QUE TIENEN DURACION, SUS IDEAS TAMBIEN IMPLICARAN EXISTENCIA, MEDIANTE LA CUAL SE DICE QUE TIENEN DURACION.

sc. Si desean un ejemplo que explique mejor este asunto, no podré darles ninguno que explique adecuadamente la cosa de la cual hablo, debido a que es única. Tratar, sin emébargo, de ilustrarla lo mejor posible. La naturaleza de un círculo es tal que todas las cuerdas que se intersectan en su interior, en un punto dado, sus segmentos respectivos formarán rectángulos equivalentes; así resultan una infinidad de rectngulos equiávalentes( ésto es con superficie igual) contenidos en un círculo. Sin embargo, no puede decirse que ninguno de estos rectángulos existan, excepto en la medida que existe el círculo; ni puede decirse que exista la idea de cualquiera de estos triángulos, excepto en la medida que están incluidos en la idea del círculo. Consideremos que de este infinito número de rectángulos, sólo dos existen, E y D. La idea de estos dos rectángulos ahora no sólo existe en la medida que están contenidas en la idea del círculo, sino que también implican la existencia de los rectángulos dichos; por tanto se distinguen de las restantes ideas de todos los rectángulos restantes.

p.9 LA IDEA DE UNA COSA PARTICULAR, EXISTENTE EN ACTO, TIENE A DIOS COMO CAUSA, NO EN LA MEDIDA QUE ES INFINITO, SINO EN LA MEDIDA QUE ES CONSIDERADO COMO PENSANDO OTRO IDEA DE UNA (SEGUNDA) COSA EXISTENTE EN ACTO, DE LA CUAL ES LA CAUSA EN LA MEDIDA QUE PIENSA UNA TERCERA IDEA, Y ASI HASTA EL INFINITO. Dem.: La idea de una cosa particular existiendo en acto, es un modo de pensamiento y es distinto de otros modos(cor. & sc. /p. 8); así (p. 6) tiene a Dios por causa sólo en la medida que es realidad pensante; pero no (I. / 28) en cuanto es la realidad pensante absoluta, sino sólo en cuanto es considerado como afectado por otro modo de pensamiento; y es la causa de éste último al pensar una tercera idea y así hasta el infinito. El orden y conexión de las ideas (p. 7) es lo mismo que el orden y conexión de las causas. Por tanto, la causa de una idea particular determinada es otra idea particular determinada--o Dios, en la medida que es considerado modificado por esa idea; y de esta segunda idea Dios es la causa en la medida que es modificado por otra idea, y así hasta el infinito; qed.

cor. EL CONOCIMIENTO DE LO QUE SUCEDA EN EL OBJETO PARTICULAR DE UNA IDEA, ESTA EN DIOS, EN CUANTO SOLAMENTE PIENSA LA IDEA DEL OBJETO. Dem.: Todo lo que suceda en el objeto de cualquier idea, su idea está en Dios(p. 3) no en cuanto es infinito, sino en cuanto piensa otra idea de una cosa particular (p. 9) y (p. 7) el orden y conexión de las ideas es el mismo que el orden y conexión de las cosas. Por tanto, el conocimiento de éste está en Dios etc.; qed.

p.10 EL SER DE LA SUSTANCIA NO CONSTITUYE EL SER DEL HOMBRE; EN OTRAS PALABRAS, LA SUSTANCIA NO CONSTITUYE LA ESPECIE DEL HOMBRE. Dem.: El ser de la sustancia implica existencia necesaria (I. /7). Por tanto, si el ser de la sustancia perteneciera al ser del hombre, dada la sustancia, el hombre sería dado necesariamente también (d. 2) y por tanto el hombre existiría necesariamente, lo que ( a. 1) es absurdo. Por tanto el ser de la sustancia etc.; qed.

sc.1 Esta proposición puede probarse también de I. /5 donde se demuestra que no pueden haber dos sustancias de la misma naturaleza; por cuanto, como pueden existir muchos hombres, lo que constituye la especie o clase del hombre, no es el ser de la sustancia. En otra forma, la proposición es evidente por las otras propiedades de la sustancia, en otras palabras que, por su naturaleza la sustancia es infinita, inmutable, indivisible etc. como cualquiera puede ver fácilmente. De esto sigue:

cor. EL SER DEL HOMBRE CONSISTE EN CIERTAS MODIFICACIONES DE LOS ATRIBUTOS DE DIOS. Dado que (p. 10) el ser de la sustancia no pertenece al ser del hombre. El ser del hombre, entonces (I. /15) es algo que está en Dios y que sin Dios no es concebible ni posible, sea un estado (I. /25 cor.) o modo que expresa la Naturaleza de Dios en una forma bien determinada.

sc. Sin duda todos deben admitir que nada es posible ni concebible sin Dios. Todos concuerdan que Dios es la única y sola causa de todas las cosas, tanto de su ser como de su existencia; ésto es, Dios no sólo es la causa de las cosas con respecto a su creación, como dicen, sino también respecto al ser. Pero al mismo tiempo la mayoría afirma que un elemento sin el cual la cosa no es posible ni concebible, pertenece al " ser" de la cosa; por tanto, o creen que la naturaleza de Dios pertenece al " ser" de las cosas creadas, o bien que una cosa creada es posible o concebible sin Dios; de lo contrario, como es posible, tienen un discurso inconsistente.

Creo que la causa de semejante confusión es, principalmente, el no mantener un orden adecuado al filosofar. La naturaleza de Dios, sobre la que se debe reflexionar primero, por cuanto es primera, tanto en el orden del conocimiento como en el orden de la naturaleza, la han considerado última en el orden del conocimiento y han puesto en primer lugar lo que llaman objetos de los sentidos. Por tanto, al considerar los fenómenos naturales, no prestan atención alguna a la naturaleza divina y, cuando después se dedican al estudio de la naturaleza divina, no pueden recordar sus primeras hipótesis (puramente ficticias) con las cuales han fundado su conocimiento de los fenómenos naturales, especialmente que dichas ficciones no ayudan hacia la comprensión de la naturaleza divina. No es de extrañarse que se contradigan una y otra vez. Pero ésto es suficiente. Mi intención era solamente justificar el no haber dicho " aquello sin lo cual una cosa no puede ser ni ser concebida, pertenece al ser de esa cosa." Las cosas particulares no son posible ni concebibles sin Dios, pero Dios no pertenece a su ser. Dije (d. 2): Al ser de una cosa pertenece aquello que por su presencia necesariamente establece la cosa, y por su ausencia necesariamente destruye la cosa; en otras palabras: aquello sin lo cual la cosa y , vice versa, lo que sin la cosa no es posible ni concebible.

p.11 LO QUE PRIMERO CONSTITUYE LA PRESENCIA DE LA MENTE HUMANA ES SIMPLEMENTE LA IDEA DE UNA COSA PARTICULAR EXISTIENDO EN ACTO. Dem.: El ser del hombre (cor. /p. 10) consiste en ciertas modificaciones de los atributos de Dios, o sea, (a. 2) ciertos modos de pensamiento, la idea de los cuales (a, 3) es primera en la naturaleza, y dada la idea, los otros modos--con respecto a los cuales la idea es previa- deben también estar en el mismo individuo. Así, lo que primero constituye la presencia de la mente humana es una idea. Pero no la idea de algo inexistente, pues entonces (cor. /p. 8) no puede decirse que la idea misma existe; debe ser por tanto la idea de algo existente en acto. Pero no la idea de algo infinito. Porque una cosa infinita (I. /21 & 22) debe existir necesariamente y ésto (a. 1) implicaría un absurdo. Por tanto, lo que primero etc.; qed. Por tanto:

cor. LA MENTE HUMANA ES PARTE DEL INFINITO ENTENDIMIENTO DE DIOS. Así cuando decimos, que la mente humana percibe ésto o aquello, afirmamos que Dios, tiene esta o aquella idea, no en cuanto es infinito, sino considerado mediante la naturaleza de la mente humana, o en cuanto constituye el ser de la mente humana; cuando expresamos que Dios tiene ésta o aquella idea, no sólo en la medida que constituye el ser de la mente humana, sino que, simultneamente con laá mente humana, tiene la idea de otra cosa, afirmamos que la mente humana percibe las cosas en forma parcial o inadecuada.

sc. Los lectores, en esta parte, estoy seguro, se detendrán y pensarán en muchas cosas que les harán titubear: por tanto, les pido que me acompañen lentamente, paso a paso, y no se pronuncien sobre mis declaraciones, hasta que hayan leído el final.

p.12 TODO LO QUE SUCEDE EN EL OBJETO DE LA IDEA QUE CONSTITUYE LA MENTE HUMANA, DEBE SER PERCIBIDO POR LA MENTE HUMANA , O NECESARIAMENTE DEBE HABER UNA IDEA DE DICHO SUCESO EN LA MENTE HUMANA. ESTO ES SI EL OBJETO DE LA IDEA CONSTITUYENTE DE LA MENTE HUMANA ES UN CUERPO, NADA PUEDE SUCEDER EN ESE CUERPO QUE NO SEA PERCIBIDO POR LA MENTE HUMANA. Dem.: Todo lo que sucede en el objeto de una idea, su conocimiento está necesariamente en Dios (cor. /p. 9) considerado como poseedor de la idea de dicho objeto. i.e., (p. 11) en cuanto Dios constituye su mente, así todo lo que sucede en el objeto de la idea que constituye la mente humana necesariamente está en Dios, en cuanto el constituye la naturaleza de la mente humana; i.e. , (cor. /p. 11). el conocimiento de la cosa dicha estará necesariamente en la mente, en otras palabras, la mente la percibe; qed.

sc. Esta proposición es también evidente de y se comprende con mayor claridad de p. 7.

p.13 EL OBJETO DE LA IDEA QUE CONSTITUYE EL ALMA HUMANA ES EL CUERPO, EN OTRAS PALABRAS, UN CIERTO MODO DE LA EXTENSION EXISTENTE EN ACTO, Y NINGUNA OTRA COSA. Dem.: De hecho, si el cuerpo no fuera el objeto de la mente humana, las ideas de las disposiciones del cuerpo no estarían en Dios (cor. /p. 9) en cuanto constituye nuestra mente, sino considerado como constituyendo la mente de otra cosa; en otras palabras(cor. /p. 11) las ideas de las disposiciones del cuerpo no estarían en nuestra mente. Como (a. 4) si poseemos las ideas de las disposiciones de nuestro cuerpo. Luego, el objeto de la idea que constituye la mente humana es el cuerpo como existente en acto (p. 11). Además, si hubiera otros objetos, fuera del cuerpo, entonces como nada puede existir de lo cual no siga algún efecto (I. /36), necesariamente tendría que haber en nuestra mente una idea debida a ese otro objeto (p. 11); pero (a.5) no hay tal idea; qed. De ello sigue:

cor. SOMOS MENTE Y CUERPO Y NUESTRO CUERPO EXISTE TAL COMO LO EXPERIMENTAMOS MEDIANTE NUESTROS SENTIDOS.

sc. De ésto comprendemos, no sólo que nuestra mente está unida a nuestro cuerpo, sino también como debe entenderse esta unidad de mente y cuerpo. Nadie, sin embargo, podrá comprenderlo en forma clara y distinta, sin tener primero un conocimiento adecuado de la naturaleza del cuerpo. Las proposiciones que hemos formulado hasta aquí son generales, aplicables tanto a los hombres como a otros individuos, todos los cuales, si bien en grado diferente, son animados (omnia, quamvis diversis gradibus animata). Porque, de todo hay necesariamente una idea en Dios, de la cual es la causa, en la misma forma como hay una idea del cuerpo humano; de esta forma, todo lo que hemos afirmado de la idea del cuerpo humano, debemos afirmarlo de cualquier otra idea. Por otra parte, no podemos negar que las ideas, como los objetos, difieren unas de otras, siendo una más excelente y conteniendo más realidad, tal como el objeto de una idea es más excelente y contiene más realidad que el objeto de otra idea. Así, para determinar como la mente humana difiere de otras y como las aventaja, es necesario conocer la naturaleza de su objeto, el cuerpo humano. Cual es esta naturaleza, no puedo explicar aquí, ni es necesario para comprobar lo que explicaré. Bastará que exprese, en forma general, que en la medida que un cuerpo determinado es más apto que otros para hacer o padecer muchas cosas a la vez, así también su mente es más apta que otras para percibir muchas cosas a la vez; mientras las acciones de un cuerpo dependan en mayor grado sólo de éste, y mientras menos otros cuerpos concurran con él en las acciones, ms apta sáerá su mente para el conocimiento preciso. De ésta forma podemos reconocer la superioridad de una mente con respecto a otra, y podemos comprender mejor por qué tenemos un conocimiento muy confuso de nuestro cuerpo, así como también muchas dudas similares, las cuales trataré de deducir, de lo expresado en las siguientes proposiciones. Por tanto, he considerado conveniente explicar y probar más estrictamente mis presentes afirmaciones. Para este fin, establezcamos primero unas cuantas proposiciones respecto a la NATURALEZA DE LOS CUERPOS:

axioma 1 - TODOS LOS CUERPOS ESTAN EN MOVIMIENTO O EN REPOSO.

axioma 2 - CADA CUERPO SE MUEVE, YA MAS LENTAMENTE O MAS RAPIDAMENTE.

lema 1 - LOS CUERPOS SE DISTINGUEN ENTRE SI CON RESPECTO A SU MOVIMIENTO O REPOSO, RAPIDEZ Y LENTITUD, Y NO CON RESPECTO A LA SUSTANCIA. Dem.: La primera parte es evidente por si misma. Que los cuerpos no se distinguen con respecto a la sustancia queda claro de I. /5 y I. /8; y aún más claramente de I. /15 sc.

lema 2 - TODOS LOS CUERPOS CONCUERDAN EN CIERTOS ASPECTOS. Dem.: todos los cuerpos concuerdan en el hecho que todos implican el concepto de uno y mismo atributo (d. 1), además en que pueden moverse más o menos rápidamente y en general, pueden estar en movimiento o reposo.

lema 3 - UN CUERPO EN MOVIMIENTO O REPOSO DEBE SER DETERMINADO AL MOVIMIENTO O REPOSO POR OTRO CUERPO, ESTE OTRO CUERPO HA SIDO DETERMINADO AL MOVIMIENTO O REPOSO POR UN TERCER CUERPO, ESTE TERCERO POR UN CUARTO Y ASI HASTA EL INFINITO. Dem.: Los cuerpos son (d. 1) cosas particulares que (lem.1) se distinguen entre sí con respecto al movimiento y al reposo; as (I. /2í8) cada uno debe necesariamente ser determinado al movimiento o reposo por otra cosa particular, o sea, por otro cuerpo (p. 6), cuyo otro cuerpo está (ax. 1) también en movimiento o reposo, y así hasta lo infinito; qed. De esto sigue:

cor. UN CUERPO EN MOVIMIENTO SE MANTIENE EN MOVIMIENTO HASTA QUE ES DETERMINADO AL ESTADO DE REPOSO POR OTRO CUERPO; UN CUERPO EN REPOSO PERMANECE EN EL, HASTA QUE ES DETERMINADO AL MOVIMIENTO POR OTRO CUERPO. Esto es sin duda evidente por si mismo. Si cuando supongo un cuerpo, por ejemplo A, en reposo y sin referirme a otros cuerpos, no puedo afirmar nada de A, excepto que está en reposo. Si después sucede que A se mueve, sto no épuede resultar de que estaba en reposo. Por el contrario suponemos A en movimiento, mientras sólo consideremos A, no podremos afirmar nada con respecto a él, excepto que se mueve. Si después se encuentra A en reposo, este reposo no puede resultar de haber A estado en movimiento, pues este movimiento sólo podía resultar en movimiento continuo; por tanto el estado de reposo debe haber resultado de algo que no es A, en otras palabras de una causa externa que determinó el estado de reposo de A.

axioma 1 - TODOS LOS MODOS EN QUE UN CUERPO PUEDE SER AFECTADO POR OTRO CUERPO SIGUE SIMULTANEAMENTE DE LA NATURALEZA DEL CUERPO AFECTADO Y DEL CUERPO ACTUANTE; DE MODO QUE UNO Y EL MISMO CUERPO PUEDE SER MOVIDO EN FORMAS DIFERENTES, SEGUN LA DIFERENCIA EN LA NATURALEZA DE LOS CUERPOS QUE LO AFECTAN Y, VICE VERSA, CUERPOS DIFERENTES PUEDEN SER AFECTADOS EN FORMAS DIFERENTES POR UN SOLO Y MISMO CUERPO.

axioma 2 - CUANDO UN CUERPO EN MOVIMIENTO INCIDE EN OTRO CUERPO EN REPOSO, EL CUAL NO PUEDE MOVERSE, REBOTA A FIN DE CONTINUAR SU MOVIMIENTO Y ESTE MOVIMIENTO CON RESPECTO AL PLANO DEL CUERPO EN REPOSO (DONDE INCIDIO EL CUERPO EN MOVIMIENTO) SERA IGUAL AL ANGULO FORMADO POR LA DIRECCION DE SU MOVIMIENTO DE INCIDENCIA CON EL MISMO PLANO.

Hasta ahora sólo hemos hablado de los cuerpos simples que se distinguen entre sí solamente por el movimiento y reposo, rapidez y lentitud. Ahora pasamos a los cuerpos compuestos. Definición: CUANDO UN CONJUNTO DE CUERPOS DEL MISMO O DIFERENTE TAMAñO SON OBLIGADOS POR OTROS CUERPOS A PERMANECER EN CONTACTO, O SI SE MUEVEN A LA MISMA O DIFERENTES VELOCIDADES, SON OBLIGADOS A COMUNICARSE SU MOVIMIENTO MUTUO EN UNA PROPORCION FIJA, DECIMOS QUE ESTOS CUERPOS ESTAN UNIDOS Y QUE JUNTOS, COMPONEN UN CUERPO O INDIVIDUO, EL CUAL SE DISTINGUE DE OTROS CUERPOS POR EL HECHO DE ESTA UNION.

axioma 3 - DADO QUE LAS PARTES DE UN CUERPO INDIVIDUAL O COMPUESTO PERMANECEN EN CONTACTO SOBRE UNA SUPERFICIE MAS O MENOS EXTENDIDA, SERA MAS O MENOS DIFICIL HACERLOS CAMBIAR SU POSICION; POR TANTO EL INDIVIDUO SERA CONDUCIDO A OTRA FORMA CON MAS O MENOS DIFICULTAD, LLAMARA DUROS LOS CUERPOS CUYAS PARTES PERMANECEN EN CONTACTO SOBRE GRANDES SUPERFICIES; BLANDOS AQUELLOS CUYAS PARTES ESTAN EN CONTACTO MEDIANTE PEQUEñAS SUPERFICIES Y FLUIDOS AQUELLOS CUYAS PARTES SE MUEVEN ENTRE SI.

lema 4 - SI DE UN CUERPO O INDIVIDUO, COMPUESTO DE VARIOS CUERPOS, SE ELIMINAN ALGUNOS DE ESTOS CUERPOS Y SI, AL MISMO TIEMPO, UN NUMERO IGUAL DE OTROS CUERPOS DE LA MISMA NATURALEZA TOMA SU LUGAR, EL INDIVIDUO CONSERVARA SU NATURALEZA COMO ANTES, SIN NINGUN CAMBIO EN SU ESPECIE O CLASE. Los cuerpos (lem. 1) no se distinguen por la sustancia y (según última definición) lo que constituye la especie de un individuo consiste en la unin de losó cuerpos;pero esta unión, si bien hay un continuo cambio de cuerpos, se mantendrá (según nuestra hipótesis). Por tanto, el individuo conservará la naturaleza como antes, tanto respecto a la sustancia como al modo. qed.

lema 5 - SI LAS PARTES QUE CONSTITUYEN UN INDIVIDUO SE AGRANDAN O DISMINUYEN, PERO EN TAL FORMA QUE CONSERVAN SU MISMA PROPORCION MUTUA DE MOVIMIENTO Y REPOSO, EL INDIVIDUO CONSERVARA TODAVA SU NAíTURALEZA ORIGINAL, SIN CAMBIO ALGUNO EN SU ESPECIE O CLASE. Dem.: La misma que para el lema 4.

lema 6 - SI ALGUNOS DE LOS CUERPOS QUE COMPONEN UN INDIVIDUO, SE VEN OBLIGADOS A CAMBIAR LA DIRECCION DE SU MOVIMIENTO, PERO EN TAL FORMA QUE PUEDAN CONTINUAR SUS MOVIMIENTOS Y PUEDAN COMUNICARSELOS MUTUAMENTE EN LA MISMA PROPORCION DE ANTES,EL INDIVIDUO CONSERVARA SU NATURALEZA ORIGINAL, SIN CAMBIO ALGUNO EN SU ESPECIE O CLASE. Dem.: Esto es evidente por si mismo, por cuanto se supone que el individuo mantiene todo aquello que en su definicin llamamosó su especie.

lema 7 - ADEMAS, EL INDIVIDUO ASI COMPUESTO CONSERVARA SU NATURALEZA, SEA QUE, COMO UN TODO, ESTE EN REPOSO O MOVIMIENTO, SEA QUE SE MUEVA EN ESTA O AQUELLA DIRECCION; MIENTRAS CADA PARTE MANTENGA SU PROPIO MOVIMIENTO Y PUEDA COMUNICARLO A LAS OTRAS PARTES, COMO ANTES. Dem.: Evidente de la definición de individuo que precede al lema 4.

sc. Así hemos visto que un individuo compuesto puede ser dispuesto de muchas maneras, y sin embargo, conservar su naturaleza. Pero hasta ahora hemos considerado slo ióndividuos compuestos de cuerpos muy sencillos i.e., que se distinguen sólo en razón de movimiento y reposo, rapidez y lentitud. Si ahora consideramos un individuo de otro tipo, compuesto de varios individuos de diversa naturaleza, encontraremos que el número de maneras en que puede ser dispuesto sin perder su naturaleza, será mucho mayor. Cada una de sus partes consiste de diversos cuerpos y, por tanto, admite (lem.6) sin cambio en su naturaleza, de movimiento más rápido o más lento, y consecuentemente puede comunicar su movimiento con mayor rapidez o lentitud a las partes restantes.

Además, si concebimos un tercer tipo de individuo, compuesto de individuos de esta segunda clase, encontraremos que éstos pueden disponerse en un número aún mayor de modos, sin ningn cambúio en su especie. Así, podemos fácilmente llegar al infinito y concebir toda la Naturaleza como un individuo, cuyas partes--ésto es todos los cuerpos de la cosa--varían en infinitos modos sin cambio alguno en el individuo como todo. Me sentiría inclinado a explicar y demostrar este punto en forma más amplia, si estuviera escribiendo un tratado especial sobre el cuerpo humano. Pero ya he declarado que no es éste mi objeto y he tocado el tema solamente porque me permite demostrar más fcilmente lo qáue tengo en mente.

P O S T U L A D O S

po.1 NUESTRO CUERPO SE COMPONE DE MUCHOS INDIVIDUOS (DE DIVERSA NATURALEZA), CADA UNO DE LOS CUALES ES EN SI MISMO EN EXTREMO COMPLEJO.

po.2 LOS INDIVIDUOS QUE COMPONEN NUESTRO CUERPO SON ALGUNOS BLANDOS, OTROS DUROS Y OTROS FLUIDOS.

po.3 LOS INDIVIDUOS QUE COMPONEN NUESTRO CUERPO, Y POR TANTO EL CUERPO MISMO, ESTAN DISPUESTOS EN UNA VARIEDAD DE FORMAS POR CUERPOS EXTERNOS.

po.4 NUESTRO CUERPO REQUIERE PARA SU PRESERVACION DE UNA VARIEDAD DE OTROS CUERPOS, MEDIANTE LOS CUALES SE REGENERA CONTINUAMENTE, POR ASI DECIR.

po.5 CUANDO UNA PARTE FLUIDA DE NUESTRO CUERPO ES DETERMINADA POR UN CUERPO EXTERNO A IMPACTAR CON FRECUENCIA EN OTRA PARTE BLANDA, CAMBIA LA SUPERFICIE DE ESTA E IMPRIME EN ESTA, POR ASI DECIR, VESTIGIOS DEL CUERPO IMPULSOR.

po.6 NUESTRO CUERPO PUEDE MOVER Y DISPONER DE MUCHAS MANERAS LOS CUERPOS EXTERNOS.

P.14 NUESTRA MENTE PUEDE PERCIBIR MUCHAS COSAS, Y LO ES EN LA MISMA PROPORCION EN QUE NUESTRO CUERPO PUEDE SER DISPUESTO DE MUCHAS MANERAS. Dem. Nuestro cuerpo(po. 3 & 6) es afectado por cuerpos externos de muchas maneras y es capaz de disponer a éstos de muchas maneras. Pero, (p. 12) nuestra mente debe percibir todo lo que ocurre en nuestro cuerpo; por tanto, nuestra mente etc.; qed.

p.15 LA IDEA QUE CONSTITUYE EL SER ESPECIFICO DE NUESTRA MENTE NO ES SIMPLE, SINO COMPUESTA DE MUCHAS IDEAS. Dem.: La idea que constituye el ser específico de nuestra mente es la idea del cuerpo (p. 13) el cual (po. 1) está compuesto de muchos individuos complejos. Pero en Dios está necesariamente la idea de cada individuo componente del cuerpo ( cor. /p 8); por tanto (p. 7) la idea de nuestro cuerpo se compone de estas numerosas ideas de sus partes componentes; qed.

p.16 LA IDEA DE CADA MODIFICACION DE NUESTRO CUERPO MEDIANTE CUERPOS EXTERNOS, DEBE IMPLICAR LA NATURALEZA DE NUESTRO CUERPO Y, TAMBIEN, LA NATURALEZA DEL CUERPO EXTERNO. Dem.: Todas las maneras en que un cuerpo es dispuesto por otro, sigue simultáneamente de la naturaleza del cuerpo modificado y del modificador ( ax. 1/lem. 3), por cuanto su idea tambin (I. /éa. 4) implica necesariamente la naturaleza de ambos cuerpos; qed. Por tanto sigue:

cor.1 PERCIBIMOS LA NATURALEZA DE MUCHOS CUERPOS JUNTO CON LA Naturaleza DE NUESTRO PROPIO CUERPO.

cor.2 LAS IDEAS QUE POSEEMOS DE LOS CUERPOS EXTERNOS, INDICAN MAS BIEN LA CONSTITUCION DE NUESTRO PROPIO CUERPO ANTES QUE LA NATURALEZA DE LOS CUERPOS EXTERNOS. He explicado ampliamente ésto en el Apéndice a la parte I.

p.17 SI NUESTRO CUERPO ES AFECTADO DE MANERA QUE IMPLIQUE LA NATURALEZA DE ALGUN CUERPO EXTERNO, CONSIDERAREMOS DICHO CUERPO EXTERNO COMO EXISTENTE EN ACTO, O COMO PRESENTE, HASTA QUE NUESTRO CUERPO ESTE DISPUESTO EN FORMA QUE EXCLUYA LA EXISTENCIA O PRESENCIA DEL CUERPO EXTERNO DADO. Dem.: Esto es evidente por si mismo. Pues mientras nuestro cuerpo contine así diúspuesto, así nuestra mente (p. 12) considerará esta modificación del cuerpo--ésto es (p. 16) tendremos la idea de una modificación en acto, y esa idea implica la naturaleza de un cuerpo externo; por tanto (cor. 1/p. 16) consideraremos dicho; qed. De ésto sigue:

cor. SI NUESTRO CUERPO HA SIDO AFECTADO POR CUERPOS EXTERNOS, PUEDE SUCEDER QUE LOS CONSIDEREMOS (TODAVIA) COMO PRESENTES, AUN CUANDO YA NO EXISTAN O ESTEN PRESENTES. Dem.: Cuando cuerpos externos determinan que partes fluidas de nuestro cuerpo impacten a menudo en una de sus partes más blandas, la superficie de ésta última será alterada (po. 5) de donde (ax. 2/lem. 3): las partes fluidas serán reflejadas de forma distinta a la anterior, cuando posteriormente impacten en dichas superficies alteradas debido a su movimiento espontáneo, rebotarán en la misma forma que cuando habían sido impelidas por los cuerpos externos; por tanto, mientras continúan rebotando, dispondrán nuestro cuerpo en la misma forma, donde nuestra mente (p. 12) nuevamente lo registrará, ésto es (p. 17) nuevamente considerará los dichos cuerpos externos como presentes, y lo hará así, todas las veces que las partes fluidas repitan su movimiento de retroceso espontáneo. Por lo cual, si bien los cuerpos externos, por los cuales nuestro cuerpo fue una vez dispuesto, ya no existirán, sin embargo los consideraremos como presentes, tan a menudo como este movimiento se repita en el cuerpo. qed.

sc. Así vemos , como sucede, lo que a menudo ocurre, que consideremos como presentes cosas que no lo están. Por supuesto, es posible que el mismo resultado se deba a causas distintas; pero creo que es suficiente haber demostrado una que permite una explicación plausible de dicho suceso, como si fuera la verdadera causa. De hecho, no creer estar alejado de la verdad, pues todas mis suposiciones están basadas en postulados que descansan, casi sin excepción, en experiencias que no pueden ser negadas, luego que hemos demostrado (cor. /p. 13) que nuestro cuerpo existe tal como lo experimentamos por nuestros sentidos.

Además, (cor. /p. 17 & cor. 2/p. 16) comprendemos claramente la diferencia entre la idea, por ejemplo, de Pedro que constituye el ser de la mente de Pedro, y la idea del dicho Pedro concebida por otro hombre, por ejemplo, Pablo. La primera corresponde directamente al ser del cuerpo de Pedro e implica existencia sólo mientras exista Pedro; la otra indicas más bien la disposición del cuerpo de Pablo antes que la naturaleza de Pedro y, por tanto, mientras esta disposición del cuerpo de Pablo dure, la mente de Pablo considerará a Pedro como presente, an súi éste ya no existe. Además, para mantener la terminología normal, llamaremos imágenes de las cosas a las modificaciones de nuestro cuerpo, de las cuales las ideas representan cuerpos externos como presentes, aún si no reproducen las figuras de las cosas; cuando contemplamos los cuerpos de esta manera, decimos que imaginamos. Para iniciar aquí la explicacin de lo queó es error, llamaremos la atención al hecho que la imaginación como tal no contiene ningún error, en otras palabras: nuestra mente no comete error en el acto de imaginar, sino sólo en la medida que estemos privados de la idea que excluye la existencia de las cosas imaginadas como presentes para nosotros. De hecho, si al imaginar como presente alguna cosa no existente, al mismo tiempo estuviésemos conscientes del hecho que no existen en acto, este poder de la imaginación sería considerado como una virtud de nuestra naturaleza y no como un vicio, especialmente si esta facultad de la imaginación depende solamente de nuestra propia naturaleza, ésto es (I. /d. 7) si esta facultad de nuestra mente fuera libre.

p.18 SI NUESTRO CUERPO HA SIDO UNA VEZ MODIFICADO POR DOS O MAS CUERPOS SIMULTANEAMENTE, POSTERIORMENTE AL IMAGINAR UNO DE ELLOS TAMBIéN EN SEGUIDA RECORDARA LOS OTROS TAMBIEN. Dem.: imaginamos (cor. /p. 17) porque nuestro cuerpo es afectado y dispuesto por los vestigios de un cuerpo externo en la misma forma como fue afectado cuando alguna de sus partes (ms bláandas) recibieron un impulso de ese cuerpo externo mismo; pero, por hipótesis, nuestro cuerpo estaba entonces dispuesto de tal forma que imaginábamos dos cuerpos (externos) al mismo tiempo; por tanto también en el segundo caso imaginaremos dos cuerpos simultáneamente, y al imaginar uno, de inmediato recordaremos al otro; qed.

sc. Ahora vemos claramente que es la memoria. Es simplemente una determinada asociación de ideas, implicando la naturaleza de cosas fuera de nuestro cuerpo, asociacin que aparece óen nuestra mente según el orden y asociación de las disposiciones de nuestro cuerpo, o sensaciones. Expreso, primero, que es una asociación de aquellas ideas que implican la naturaleza de cosas fuera de nuestro cuerpo; pero no digo " de ideas que explican la naturaleza de dichas cosas"; las ideas de nuestras sensaciones son hablando precisamente, (p. 16) aquellas que implican la naturaleza tanto de nuestro cuerpo como de los cuerpos externos. Digo, en segundo lugar, que esta asociación aparece según el orden y concatenacin de nuestras seónsaciones corporales, para distinguirlas de las asociaciones de ideas que surgen del orden del entendimiento, por las cuales percibimos las cosas mediante sus causas primarias, y cuyo orden es semejante en todos los seres humanos. De ésto podemos comprender claramente por qué del pensamiento de una cosa llegamos directamente al pensamiento de otra cosa que no tiene semejanza con la primera. Por ejemplo, del pensamiento de la palabra pomum un romano de inmediato llegaba al pensamiento de la fruta, la cual no tiene semejanza con el sonido articulado en cuestión, ni nada en común con éste, excepto que el cuerpo de ese hombre había sido a menudo afectado por la cosa y el sonido: sto es, a émenudo escuchaba la palabra pomum al ver la manzana. En forma semejante todos pasan de un pensamiento a otro según su costumbre ha ordenado las imágenes de las cosas en su cuerpo. Por ejemplo; un soldado, al ver los rastros de un caballo en la arena, de inmediato pasará del pensamiento del caballo al de un jinete, de ahí al pensamiento de la guerra etc.; mientras que el campesino pasará del pensamiento de un caballo al de un arado, de un campo etc. Así todos seguirán éste o aquel tren de pensamiento, según la forma en que asociaban y conectaban las imágenes mentales de las cosas.

p.19 NO CONOCEMOS NUESTRO PROPIO CUERPO, NI SABEMOS QUE EXISTE, EXCEPTO MEDIANTE LAS IDEAS DE NUESTRAS SENSACIONES. Dem.: Nuestra mente es la propia idea o conciencia de nuestro cuerpo.(p. 13), que está en Dios, en cuanto se le considere afectado por otra idea de una cosa particular existente en acto; o también (po. 4) puesto que nuestro cuerpo requiere para su preservación de muchos otros cuerpos, mediante los cuales, se puede decir, es continuamente regenerado; además, como el orden y conexión de las ideas es igual al orden y conexión de las causas (p. 7) -- esta idea, por lo tanto, estará en Dios, en cuanto se le considere como afectado por las ideas de muchas cosas particulares. Así Dios tiene la idea de nuestro cuerpo, o conoce nuestro cuerpo en cuanto está afectado por muchas otras ideas, y no por constituir la naturaleza de nuestra mente; ésto es decir (cor. /p 11) no conocemos nuestro propio cuerpo. Pero la idea de las disposiciones (sensaciones) de nuestro cuerpo están en Dios, puesto que constituye la naturaleza de nuestra mente, o (p. 12) percibimos estas sensaciones y consecuentemente (p. 16) nuestro cuerpo como verdaderamente existente; qed.

p.20 TAMBIEN SE ENCUENTRA EN DIOS UNA IDEA O CONOCIMIENTO DENUESTRA MENTE, QUE SE SIGUE EN DIOS Y SE REFIERE A EL EN LA MISMA FORMA QUE LA IDEA O CONOCIMIENTO DE NUESTRO CUERPO.Dem.: El Pensamiento es un atributo de Dios (p. 1); por tanto (p. 3) en Dios necesariamente debe haber la idea del Pensamiento mismo y todos sus estados, por tanto tambin de nuéestra mente (p. 11). Además, esta idea o conocimiento de la mente no sigue de Dios considerado como infinito, sino sólo considerado como afectado de otra idea de una cosa particular (p. 9). También (p. 7) el orden y conexión de las ideas es igual al orden y conexión de las causas; por tanto, esta idea o conocimiento de la mente está en Dios y se refiere a El en la misma forma etc.; qed.

p.21 ESTA IDEA DE NUESTRA MENTE ESTA UNIDA A LA MENTE DE LA MISMA FORMA QUE LA MENTE ESTA UNIDA AL CUERPO. Dem.: Que la mente está unida al cuerpo, lo hemos demostrado del hecho que el cuerpo es el propio objeto de la mente (p. 12 & 13) y por la misma razn la ideóa de nuestra mente debe estar unida a su objeto, que es la mente, y en la misma forma.

SC.Esto se entenderá más claramente de lo dicho en sc. /p. 7; allí demostramos que la idea del cuerpo y el cuerpo, i.e. mente y cuerpo (p. 13) son uno y el mismo individuo, ya se considere según el atributo Pensamiento o el atributo Extensin. Por tanto, óla idea de la mente y la mente misma, son una y la misma cosa, consideradas según el mismo atributo: el Pensamiento. Repito, la idea de la mente y la mente misma estan en Dios por la misma necesidad y siguen del mismo poder de pensar. En realidad, la idea de la mente (es decir, la idea de una idea) no es sino la idea de su especie, considerada como un modo de pensamiento sin referencia al objeto; dado que, quien sabe algo, por ése slo hóecho lo sabe, y sabe al mismo tiempo que sabe que lo sabe, y así hasta el infinito. Pero diremos ms al ráespecto en adelante.

p.22 NO SOLO PERCIBIMOS LAS SENSACIONES (DE NUESTRO CUERPO) SINO TAMBIEN LAS IDEAS DE NUESTRAS SENSACIONES. Dem.: Las ideas de ideas de disposiciones siguen en Dios y se refieren a El en la misma forma que las ideas de dichas disposiciones. Esto se demuestra en la misma forma que p. 20; pero las ideas de las disposiciones del cuerpo están en nuestra mente (p. 12) , i.e. en Dios considerado como constituyendo el ser de nuestra mente; por tanto las ideas de estas ideas estarán en Dios, en la medida que El tiene la idea o conocimiento de nuestra mente i.e. (p. 21) estarán en la mente misma y, por tanto, no sólo percibimos etc. qed.

p.23 NO NOS CONOCEMOS A NOSOTROS MISMOS, EXCEPTO EN LA MEDIDA QUE PERCIBIMOS LAS IDEAS DE NUESTRAS SENSACIONES. Dem.: La idea o conocimiento de nuestra mente (p. 20) se sigue en Dios en la misma forma y referida a El en la misma forma que la idea o conocimiento de nuestro cuerpo. Pero como (p. 19) no conocemos nuestro propio cuerpo, o dado que (cor. /p 11) el conocimiento de nuestro cuerpo no se relaciona con Dios considerado como constituyendo la naturaleza de nuestra mente, tampoco el conocimiento de nosotros mismos se relaciona con Dios como constituyente del ser de nuestra mente; por tanto (ibíd.) no nos conocemos en este sentido. Además, las ideas de nuestras sensaciones implican la naturaleza de nuestro cuerpo (p. 16) i.e. (p. 13) están de acuerdo con la naturaleza de nuestra mente; de donde el conocimiento de estas ideas implica necesariamente conocimiento de nuestra mente; pero (p. 22) tenemos ése conocimiento. Así, no nos conocemos etc.,; qed.

p.24 NO POSEEMOS UN CONOCIMIENTO ADECUADO DE LAS PARTES QUE COMPONEN NUESTRO CUERPO. Dem.: Las partes que componen nuestro cuerpo, como tales, no forman parte del ser de se écuerpo, excepto en la medida que comunican sus movimientos entre si en una proporción determinada (def. /lem. 3) y no en cuanto sean consideradas como individuos, sin relación con nuestro cuerpo. Sucede que las partes de nuestro cuerpo son individuos muy complejos (po. 1) cuyas partes (lem. 4) pueden ser eliminadas, mientras la naturaleza y especie del cuerpo se mantienen, y pueden comunicar su movimiento a otros cuerpos (ax. 1/lem. 3) en otra proporción; por tanto, (p. 3) la idea o conocimiento de cada parte estará en Dios, en cuanto (p. 9) se le considere afectado por otra idea de una cosa particular, anterior en el orden de la Naturaleza (p. 7) a la parte determinada. Lo mismo puede decirse de cada parte de cada individuo que pertenece al cuerpo; por tanto el conocimiento de cada parte está en Dios, en cuanto est afeáctado por muchas ideas que constituyen la naturaleza de nuestra mente; así (cor. /p. 11) no tenemos un conocimiento adecuado etc. qed.

p.25 LA IDEA DE UNA SENSACION NO IMPLICA UN CONOCIMIENTO ADECUADO DE UN CUERPO EXTERNO. Dem.: Hemos demostrado que la idea de una sensación implica la naturaleza de un cuerpo externo, en la medida que determina nuestro cuerpo en una forma determinada. Pero en cuanto el cuerpo externo es un individuo que no tiene referencia con nuestro cuerpo, el conocimiento o idea de éste está en Dios (p. 9) considerado como afectado por una idea de otra cosa que (p. 7) es anterior por naturaleza al determinado cuerpo externo. Por tanto, el conocimiento adecuado de este cuerpo externo no está en Dios, en cuanto el tiene la idea de una sensación de nuestro cuerpo; en otras palabras, la idea de una sensación etc. ;qed.

p.26 SOLO MEDIANTE LAS IDEAS DE NUESTRAS SENSACIONES ES QUE PERCIBIMOS LOS CUERPOS EXTERNOS COMO EXISTENTES EN ACTO. Dem.: Si nuestro cuerpo no es afectado en forma alguna por un cuerpo externo dado, entonces (p. 7) tampoco la idea de nuestro cuerpo i.e. nuestra mente, es afectada en forma alguna por la idea de existencia del cuerpo externo dado, ni percibimos de ninguna manera su existencia. Pero en la medida que nuestro cuerpo es afectado en alguna forma por un cuerpo externo dado, en cierta medida (p. 16 + cor. ) percibe el cuerpo externo; qed. De esto sigue:

cor. EN TANTO IMAGINAMOS UN CUERPO EXTERNO NO TENEMOS DE ESTE UN CONOCIMIENTO ADECUADO. Dem.: Cuando nuestra mente considera los cuerpos externos mediante las ideas de las disposiciones de nuestro cuerpo, decimos que imagina (sc. /p. 17). Sucede (p. 26) que no tenemos ninguna otra manera de percibir los cuerpos externos como existentes en acto.

Por tanto, etc. qed.

p.27 LA IDEA DE UNA SENSACION NO IMPLICA EL CONOCIMIENTO ADECUADO DE NUESTRO PROPIO CUERPO. Dem.: Cada idea de una sensación implica la naturaleza de nuestro cuerpo, en la medida que es modificado de algún modo (p. 16). Pero en cuanto nuestro cuerpo es un individuo que puede ser modificado de muchos modos, la idea de una sensación etc. qed. (ver Dem. /p. 25).

p.28 LAS IDEAS DE NUESTRAS SENSACIONES SON, CON RESPECTO A NUESTRA MENTE, NO SON CLARAS Y DISTINTAS, SINO CONFUSAS. Dem.: Las ideas de nuestras sensaciones implican la naturaleza de nuestro cuerpo y de los cuerpos externos (p. 16); pero, también deben implicar la naturaleza de las partes componentes de nuestro cuerpo; dado que las sensaciones son modos (po. 3) mediante los cuales nuestras partes y también nuestros cuerpos como un todo son afectados. Pero (p. 24 & 25) el conocimiento adecuado de los cuerpos externos, como también de las partes que componen nuestro cuerpo, no está en Dios desde el punto de vista de nuestro estado mental, sino considerado como afectado por otras ideas. Por tanto, con respecto a nuestra mente, las ideas de nuestras sensaciones son meras consecuencias sin premisas, i.e. ( como es obvio) ideas confusas; qed.

sc. Podemos probar en la misma forma que la idea que constituye la naturaleza de nuestra mente no es clara y distinta al ser considerada en si misma; como es también el caso con la idea de nuestra mente y la idea de las ideas de nuestras sensaciones, como todos pueden fcilmente váer.

p.29 LA IDEA DE LA IDEA DE UNA SENSACION NO IMPLICA UN CONOCIMIENTO ADECUADO DE NOSOTROS MISMOS (i.e. DE NUESTRA MENTE). Dem.: La idea de una sensación (p. 27) no implica un conocimiento adecuado de nuestro cuerpo, o bien, no expresa en forma adecuada su naturaleza; ni (p. 13) corresponde adecuadamente a la naturaleza de nuestra mente; por tanto (I. /a. 6) la idea de etc.,; qed.

sc. Digo expresamente que no tenemos un conocimiento adecuado sino sólo un conocimiento confuso de nosotros, de nuestro cuerpo y de los cuerpos externos siempre que percibimos las cosas segn el úorden común de la Naturaleza; ésto es, cuando somos determinados desde fuera, o sea por el juego fortuito de las circunstancias, a considerar ésto o aquello; pero no si somos determinados interiormente, ésto es observando varias cosas a la vez, para comprender sus congruencias, diferencias y contrastes. Pues cuando estamos determinados del interior, consideramos las cosas en forma clara y distinta, como veremos más adelante.

p.30 DE LA DURACION DE NUESTRO CUERPO SOLO PODEMOS TENER UN CONOCIMIENTO MUY INADECUADO. Dem.: La duración de nuestro cuerpo no depende de su ser (a.1) ni de la naturaleza absoluta de Dios (I. /21). Pero el cuerpo es determinado a existir (I. / 28) y operar, por causas que, a su vez, son determinadas por otras y así hasta lo infinito. Por tanto, la duración de nuestro cuerpo depende del orden común de la naturaleza y de las circunstancias. En cuanto a como estan constituidas las cosas, el conocimiento adecuado de ésto está en Dios, en cuanto El tiene las ideas de todas las cosas, pero no slo dóe nuestro cuerpo (cor. /p.9). Por tanto, el conocimiento de la duración de nuestro cuerpo es en Dios muy inadecuado, en cuanto se le considere como constituyendo sólo la naturaleza de nuestra mente; i.e. (cor/p. 11) de la duración de nuestro cuerpo etc. qed.

p.31 DE LA DURACION DE LAS COSAS PARTICULARES, EXTERNAS A NOSOTROS, SOLO PODEMOS TENER UN CONOCIMIENTO MUY INADECUADO. Dem.: Cada cosa particular, como nuestro cuerpo, debe ser determinada a existir y operar en una forma determinada por otra cosa particular; ésta por una tercera, y así hasta lo infinito (I. /28). Como se ha demostrado anteriormente (p. 30) que sólo tenemos un conocimiento muy inadecuado de la duración de nuestro cuerpo, debemos llegar a una conclusión similar respecto a la duración de las cosas particulares; qed. De sto ésigue:

cor. TODAS LAS COSAS PARTICULARES SON CONTINGENTES Y EFIMERAS. Dado que no podemos tener una idea, otra que muy inadecuada, de su duración (p. 31) ésto es lo que debemos entender por la contingencia y corruptibilidad de las cosas (I. /33 sc. 1). Excepto en este sentido (I. /29) nada es contingente.

p.32 TODAS LAS IDEAS CONSIDERADAS CON RESPECTO A DIOS SON VERDADERAS. Dem.: todas las ideas que están en Dios, concuerdan en todos sus aspectos con su ideata u objeto (cor. /p. 7) por tanto, (I. /a. 6) son todas verdaderas; qed.

p.33 NO HAY NADA POSITIVO EN LAS IDEAS QUE POR ESTO SON LLAMADAS FALSAS. Dem.: Si sto ése niega que se conciba, si se puede, un modo positivo de pensamiento para representar la falsedad. Semejante modo no puede estar en Dios en cuanto constituye el ser de nuestra mente; luego (p. 32) es imposible e inconcebible sin Dios (I. /15). Por tanto, no hay nada positivo etc. qed.

p.34 TODA IDEA QUE EN NOSOTROS ES ABSOLUTA i.e. ADECUADA Y PERFECTA, ES VERDADERA. Dem.: Al decir que una idea es adecuada y perfecta, estamos expresando (cor. /p. 11) que esta idea es adecuada y perfecta en Dios, en cuanto El constituye el ser de nuestra mente; por tanto (p. 32) una idea tal es verdadera; qed.

p.35 LA FALSEDAD CONSISTE EN UNA FALTA DE CONOCIMIENTO QUE IMPLICA LAS IDEAS INADECUADAS i.e. INCOMPLETAS Y CONFUSAS. Dem.: No hay nada positivo en las ideas llamadas falsas (p. 33); pero la falsedad no puede consistir en una deficiencia absoluta--se dice que las mentes, no los cuerpos, erran y se equivocan--ni tampoco puede consistir en ignorancia absoluta, pues ignorancia y error no son idénticos; por tanto, la falsedad consiste etc.; qed.

sc. En sc. /p. 17 expliqué como el error consiste en una carencia de conocimiento, pero para dar mayor claridad al tema, daré un ejemplo. Por ejemplo, estamos equivocados al considerarnos libres; nuestra opinión está basada en la conciencia de nuestras acciones e ignorantes de las causas por las cuales somos determinados. Nuestra idea de libertad, por tanto, es simplemente nuestra ignorancia de causa alguna de nuestras acciones. En cuanto al comn dicútamen que las acciones humanas dependen de la " voluntad", ésto es sólo palabras, sin idea ninguna. Que es la " voluntad", y como puede mover al cuerpo, simplemente lo ignoran; aquellos que pretenden saber algo al respecto y forjan una morada o residencia para el alma, generalmente causan risa o aburrimiento. En la misma forma, cuando consideramos al sol, imaginamos que está a unos dos cientos pies de nosotros; pero el error no está en la sola imaginación sino en el hecho, que mientras imaginamos, no sabemos la distancia al sol y la causa de nuestra imaginación. Pues si bien después aprendemos que el sol está distante ms dáe seis cientos diámetros de la Tierra, siempre lo imaginamos cerca, ya que nuestra sensación implica el ser del sol slo en la móedida que nuestro cuerpo es afectado por él.

p.36 LAS IDEAS CONFUSAS E INADECUADAS SE SIGUEN DE LA MISMA NECESIDAD QUE LAS IDEAS ADECUADAS O CLARAS Y DISTINTAS. Dem.: Todas las ideas están en Dios (I. /15) y, en cuanto se relacionan con El, son verdaderas (p. 32) y adecuadas (cor.. /p. 7); por tanto, las ideas son confusas e incompletas, o inadecuadas solamente con respecto a una mente particular (p. 24 y 28) y todas las ideas (cor. /p. 6) siguen de la misma necesidad etc,; qed.

p.37 LO QUE ES COMUN A TODAS LAS COSAS (lem. 2 ) Y SE ENCUENTRA IGUALMENTE EN LA PARTE Y EL TODO, NO CONSTITUYE EL SER DE COSA ALGUNA. Dem.: Si ésto se niega, supngase, de óser posible, que constituye el ser de una cosa particular, por ejemplo "B". Entonces (d. 2) sto es ésin "B" ni concebible ni posible; pero ésto es contrario a nuestra hipótesis. Luego, no pertenece al ser de "B", ni de ninguna otra cosa particular. qed.

p.38 AQUELLOS FACTORES QUE SON COMUNES A TODAS LAS COSAS Y QUE ESTAN IGUALMENTE EN LAS PARTES COMO EN EL TODO SOLO PUEDEN CONCEBIRSE ADECUADAMENTE. Dem.: Supóngase "A" como el factor común a todas los cuerpos y presente igualmente en las partes y el todo de cualquier cuerpo dado. Digo que "A" sólo puede ser concebido adecuadamente. Su idea será necesariamente adecuada en Dios (cor. /p.7) tanto por cuanto El tiene la idea de ése cuerpo y también por cuanto tiene la idea de sus sensaciones, lo que (p. 16, 25 & 27) implica la naturaleza de ése cuerpo y parcialmente también la naturaleza de los cuerpos externos; sto es--éconsiderando nuestro propio cuerpo--la idea en Dios será (p. 12 & 13) necesariamente adecuada, por cuanto El constituye el ser de nuestra mente, i.e. tiene las ideas que estn en nueástra mente. Por tanto (cor. /p. 11) necesariamente concebimos "A" adecuadamente, tanto en cuanto percibimos nuestro cuerpo o cualquier cuerpo externo, ni puede "A" ser concebido de otra forma. qed. Por tanto:

cor. CIERTAS NOCIONES O IDEAS SON COMUNES A TODOS LOS HOMBRES. Dado (lem. 2) que todos los cuerpos concuerdan en ciertos aspectos, los cuales (p. 38) deben ser percibidos adecuadamente, en forma clara y distinta, por todos.

p.39 TENDREMOS UNA IDEA ADECUADA DE AQUELLO QUE ES COMUN Y PERTENECE A NUESTRO PROPIO CUERPO COMO TAMBIEN A CIERTOS CUERPOS EXTERNOS QUE ACOSTUMBRAN AFECTAR A NUESTRO CUERPO, Y QUE ESTA IGUALMENTE EN CADA PARTE Y EN TODO DE ESTOS CUERPOS. Dem.: Si "A" que es común y pertenece a nuestro cuerpo y a los cuerpos externos, y está presente tanto en las partes como en el todo, habrá en Dios una idea adecuada de "A"(cor. /p. 7) tanto en cuanto tiene la idea de nuestro cuerpo, como en cuanto tiene las ideas de los cuerpos externos dados. Considérese ahora que nuestro cuerpo es afectado por un cuerpo externo mediante "A", por lo que tiene en común con él; la idea de esta sensación involucra la propiedad "A" (p. 16) y por tanto (cor. /p. 7) esta idea será adecuada en Dios en cuanto es afectado por la idea de nuestro cuerpo; i.e. (p. 13) en cuanto constituye la naturaleza de nuestra mente; por tanto, esta idea es (cor. /p. 11) también adecuada en nosotros. qed. De ésto sigue:

cor. SOMOS APTOS PARA PERCIBIR ADECUADAMENTE MAS COSAS, EN CUANTO MAS TENEMOS EN COMUN CON OTROS CUERPOS.

p.40 TODAS LAS IDEAS QUE SIGUEN DE IDEAS ADECUADAS EN NUESTRA MENTE, SON TAMBIEN ADECUADAS. Dem.: Esto es evidente de por sí. Cuando expresamos que una idea en nuestra mente procede o sigue de ideas adecuadas en ella, decimos, en otras palabras (cor. /p. 11) que hay en el entendimiento divino una idea, de la cual Dios es la causa, no en cuanto es infinito, ni en cuanto está afectado por las ideas de muchas cosas particulares, sino sólo en cuanto constituye el ser de nuestra mente. qed.

sc. Hasta aquí he señalado las causas de aquellas nociones que llamamos comunes y que forman la base de nuestro razonamiento. Pero hay otras causas de ciertas nociones axiomáticas, que deben ser explicadas por éste, nuestro método; así aparecer cuales náociones son mas útiles que otras, y cuales no tienen casi ninguna utilidad. Además, aclararemos cuales nociones son comunes a todos los hombres, y cuales son claras y distintas sólo para quienes estén libres de prejuicio; finalmente detectaremos aquellas nociones que están mal fundadas. Por otra parte, como las llamadas nociones secundarias derivaron su origen, y consecuentemente los axiomas en que están fundadas, y otros aspectos interesantes relacionados con estos temas. Pero he decidido dejar hasta aquí el tema, en parte por haberlo dejado como asunto de otro tratado, y parte para no caer en la prolijidad. Pero para no omitir nada que necesitamos saber, daré brevemente las causas de las cuales derivaron los llamados términos trascendentales, tales como Ser, Cosa, Algo. Estos términos provienen del hecho que nuestro cuerpo, siendo limitado, es sólo capaz de formar distintamente un número limitado de imágenes (lo que es una imagen lo expliqué en sc. /p. 17) simultáneamente; si se excede este número, las imágenes empezarán a ser confusas; si la cantidad de imágenes que somos capaces de formar distintamente en nuestra mente, es excedido con mucho, todas las imágenes se confundirán entre sí. Siendo ésto así, es evidente (cor. /p. 17 & p. 18) que podemos imaginar distinta y simultáneamente tantas cosas, como nuestro cuerpo puede formarlas simultáneamente. Cuando las imágenes se confunden totalmente en nuestro cuerpo, imaginaremos todos los cuerpos confusamente sin distincin alguna yó los colocaremos todos, por así decir, bajo un mismo atributo como: Ser, Cosa, etc. La misma conclusión puede sacarse del hecho que las imágenes no son siempre igualmente vivas y de otras causas similares, que no necesitamos explicar aquí; pero todas pueden ser reducidas al hecho, que los términos en cuestión representan ideas que son confusas en el más alto grado.

De causas similares se forman ésas otras nociones que llamaremos generales o universales tales como: hombre, caballo, perro, etc. Esto ocurre, porque se han formado tantas imágenes en la mente, de por ejemplo hombres, simultáneamente, que el proceso de imaginar ha sido sobrepasado, no del todo, pero lo suficiente para perder de vista las pequeas diferñencias entre individuos (e.g. color, tamaño etc.) y su verdadero número, y sólo imaginando claramente, aquello en que todos los individuos concuerdan, en la medida que nuestro cuerpo es afectado por ellos; pues éste es el punto en que en el cual cada uno de los individuos dados afecta principalmente nuestro cuerpo; ésto lo expresamos con el nombre de hombre, y ésto lo afirmamos de un número infinito de individuos. Pero debemos mantener claro que estas nociones generales no se forman en todos los hombres de igual modo, sino varían en cada uno, según sea diferente el aspecto que más ha afectado su cuerpo y que más fácilmente recuerda e imagina. Por ejemplo, quienes han admirado frecuentemente la estatura humana, por hombre entenderán un animal de elevada estatura, quienes han acostumbrado a considerar otras particularidades, se formarán una imagen diferente del hombre, por ejemplo que es un animal que ríe, un bípedo implume, un animal racional; así cada uno formará imágenes generales de las cosas, según la disposición de su cuerpo. As no esí sorprendente que entre los filsofos queó tratan de explicar los fenómenos naturales simplemente por las imágenes formadas por ellos, existan tantas controversias.

sc.2 De lo dicho hasta aquí, aparece claramente que percibimos muchas cosas y nos formamos conceptos universales: 1º) De cosas particulares que, mediante nuestros sentidos (cor. /p. 29) son presentadas al entendimiento en una forma incompleta, confusa y desordenada; llamo a dichas percepciones conocimiento de una experiencia vaga. 2º) De símbolos , e.g. del hecho de haber leído o escuchado ciertas palabras, recordamos cosas y formamos sobre éstas ciertas ideas, similares a aquéllas mediante las cuales imaginamos cosas (sc. /p. 18), éstas dos formas de considerar las cosas las llamar conéocimiento de la primera clase, opinión o imaginación. 3º) Del hecho que tenemos nociones comunes e ideas adecuadas de las propiedades de las cosas (cor. /p. 38 & p. 39 + p. 40) y lo llamaré razón o conocimiento de la segunda clase.

Además de estos dos tipos de conocimiento hay, como demostraré después, un tercer tipo de conocimiento que llamaré ciencia intuitiva o intuición. Este tipo de conocimiento precede de las ideas adecuadas del ser absoluto de ciertos atributos de Dios, al conocimiento adecuado del ser de las cosas. Ilustraré los tres tipos de conocimiento mediante un sólo ejemplo. Se dan tres números para encontrar un cuarto que será al tercero como el segundo es al primero. Los comerciantes, sin titubear, multiplicarán el segundo por el tercero y dividirn el productáo por el primero, sea porque no han olvidado la regla que les enseñó su maestro, sin ninguna prueba, o por cuanto a menudo lo hanexperimentado con números sencillos, o en virtud de la demostración de la proposición diez y nueve del séptimo libro de Euclides, o sea en virtud de la propiedad general de los números proporcionales. Pero con números muy sencillos no hace falta ninguno de estos medios. Por ejemplo: si se dan " uno", " dos" y "tres", todos pueden ver que el cuarto número proporcional es "seis"; y ésto es mucho más claro pues inferimos el cuarto número de la comprensión intuitiva de la razón entre el primero y el segundo.

p.41 EL CONOCIMIENTO DE LA PRIMERA CLASE ES LA UNICA CAUSA DE LA FALSEDAD, EL DE LA SEGUNDA Y TERCERA CLASE ES NECESARIAMENTE VERDADERO. Dem.: Al conocimiento de la primera clase hemos asignado (sc. 2/p. 40) todas aquellas ideas que son inadecuadas y confusas; por tanto este tipo de conocimiento es la única causa de la falsedad (p. 35). Por otra parte hemos asignado al de segunda y tercera clase aquellas ideas que son adecuadas; por tanto stos éson necesariamente verdaderos (p. 34); qed.

p.42 EL CONOCIMIENTO DE SEGUNDA Y TERCERA CLASE, NO ASI EL DE PRIMERA CLASE, NOS ENSEA A DISTñINGUIR LO VERDADERO DE LO FALSO. Dem.: Esto es evidente por si mismo. El que sabe como distinguir entre verdadero y falso, debe tener una idea adecuada de lo verdadero y lo falso. Esto es ( esc. 2/p. 40) los debe conocer mediante el conocimiento de segunda o tercera clase.

p.43 QUIEN TIENE UNA IDEA VERDADERA, SABE QUE TIENE UNA IDEA VERDADERA Y NO PUEDE DUDAR SOBRE SU VERDAD. Dem.: Una idea verdadera en nosotros es una idea adecuada en Dios, considerado como mediante la naturaleza de nuestra mente (cor. /p. 11). Supongamos que hay en Dios, considerado mediante nuestra mente, una idea adecuada, digamos de "A". La idea de esta idea también debe estar en Dios y relacionada con El en la misma forma que la idea "A" (p. 20 cuya demostración es universal) Pero la idea "A" es supuesta relacionada con Dios, considerado mediante nuestra mente; por tanto la idea de la idea de "A" debe relacionarse con Dios de la misma manera; ésto es (cpr. /p. 11) la idea adecuada de la idea "A" estará en la mente que tenga la idea adecuada "A"; luego quien tiene una idea adecuada, o sabe una cosa verdaderamente (p. 34), debe al mismo tiempo tener una idea adecuada o verdadero conocimiento de su conocimiento; ésto es, obviamente, debe estar cierto de ello; qed

sc. Expliqué en sc. /p. 21 lo que significa una idea de una idea; pero podemos hacer notar que la p. 34 es por si misma lo suficientemente clara. Nadie, que tenga una idea verdadera, ignora el hecho que una idea verdadera implica el mayor grado de certeza. Pues, tener una idea verdadera es nada menos que conocer perfectamente una cosa, o en la mejor forma posible. En verdad nadie puede dudar ésto, a menos que crea que una idea es algo inerte, como un cuadro o un panel, y no un modo de pensamiento, o sea, ¡el acto mismo de conocer! ¿Quién puede saber que conoce algo sino la conoce primero? En otras palabras: ¿Quién puede saber que está seguro de una cosa, si no está primero seguro de ésa cosa? Además: Qué puede ser más claro y seguro, que una idea verdadera, para ser aceptada como norma de la verdad?

De hecho, con la misma evidencia que la luz revela tanto a la oscuridad como a sí misma, as laí verdad es la norma tanto de si misma como de la falsedad. Creo haber contestado preguntas como: " si una idea verdadera se diferencia de una falsa sólo en la medida que la primera se dice que concuerda con su objeto, entonces una idea verdadera no tendría más realidad o perfección que una falsa (dado que las dos se distinguen sólo por una caracterstica extr&iacíute;nsica) y, por tanto, un hombre que poseyera ideas verdaderas no tendría más realidad y perfección que uno que sólo tiene ideas falsas. Además: "¿cómo es que tenemos ideas falsas?" Finalmente: "¿Cómo podemos estar seguros de que poseemos ideas que concuerden con su objeto?"

Estas preguntas, repito, ya han sido contestadas. La diferencia entre una idea verdadera y una falsa claramente resulta de lo que se demostró en p. 35, o sea que una idea verdadera es a una falsa como el ser al no ser. En cuanto a las causas de la falsedad, las he enumerado claramente, empezando con p. 19 y continuando hasta p. 35 con su escolio. De lo ahí dicho, uno puede ver también claramente la diferencia entre quién tiene ideas verdaderas y quién las tiene falsas. Con respecto a la última pregunta--cmo póodemos estar seguro de tener ideas que concuerden con su objeto--acabo de indicar con suficiente claridad que nuestra certeza se debe simplemente al hecho que tenemos una idea que concuerda con su objeto--en otras palabras, que la verdad es su propia norma. Podemos agregar que nuestra mente, en cuanto percibe verdaderamente las cosas, es parte del entendimiento infinito de Dios, y que nuestras ideas claras y distintas son tan necesariamente verdaderas como las de Dios.

p.44 NO ESTA EN LA NATURALEZA DE LA RAZON EL CONSIDERAR LAS COSAS COMO CONTINGENTES, SINO COMO NECESARIAS. Dem.: Por su naturaleza la razón percibe las cosas verdaderamente (p. 41) en otras palabras como son en sí(I. /a. 6) i.e. (I. /29) no como contingentes, sino como necesarias. qed. De ésto sigue:

cor. 1SOLO NUESTRA IMAGINACION NOS HACE CONSIDERAR COMO CONTINGENTES LAS COSAS DEL PASADO ASI COMO LAS DEL FUTURO.

SC. Explicaré brevemente, el por qué sucede ésto. Hemos demostrado anteriormente (p. 17 + cor) que consideramos las cosas como presentes para nosotros, aun cuando no existan, hasta que alguna causa nos hace excluir su existencia en el presente. Además (p. 18) hemos demostrado que si nuestro cuerpo ha sido afectado una vez por dos cuerpos externos simultáneamente, si posteriormente imaginamos a uno de los cuerpos, de inmediato recordaremos al otro i.e. los consideraremos ambos como presentes, a menos que surja una causa que excluya su presencia en el presente. Además, nadie duda que imaginamos el tiempo, del hecho que imaginamos los cuerpos como en movimiento, unos más lentos y otros más rápidos y otros a la misma velocidad. As suípongamos que un niño, ayer, vio a Pedro temprano en la mañana, a Pablo al mediodía y a Simón en la tarde; luego hoy, ve nuevamente a Pedro en la mañana. Es evidente de p. 18 que tan pronto como vea la luz de la mañana, imaginará que el sol pasará por las mismas partes del cielo, que cuando lo vio el día anterior; en otras palabras, imaginará un día completo y, junto con su imaginación de la mañana, se imaginará a Pedro; con el mediodía imaginará a Pablo y con la tarde imaginará a Simón--ésto es, imaginará la existencia de Pablo y Simn en relóación con el tiempo futuro; por otra parte si ve a Simón en la tarde, se referirá a Pedro y Pablo en el pasado, al imaginarlos junto con hechos pasados. Pero si sucede, que en otra tarde el nio ve a Sañntiago en vez de Simón, en la siguiente mañana, asociará en su imaginación de la tarde, a veces a Simón, a veces a Santiago, no ambos juntos. Por tanto, su imaginación titubeará; y con la imagen de la siguiente tarde, asociará primero a uno y luego al otro, i.e. los imaginará en el futuro, ninguno con certeza, sino ambos contingentes. Este titubeo de la imaginación será igual refiriéndose a cosas en el pasado o presente; por tanto, podemos imaginar las cosas como contingentes, sea que se refieran al presente, al pasado, o al futuro.

cor.2 PERTENECE A LA NATURALEZA DE LA RAZON PERCIBIR LAS COSAS DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA ETERNIDAD. Dem.: Por su naturaleza la razón considera las cosas como necesarias y no como contingentes (p. 44). La razón percibe verdaderamente esta necesidad de las cosas (p. 41) i.e. (I. /a. 6) tal como es en sí. Pero (I. /16) esta necesidad de las cosas es la misma necesidad de la naturaleza eterna de Dios; por tanto es parte de la naturaleza de la razón el percibir las cosas según la eternidad. Podemos añadir que la base de la razón son esas nociones (p. 38) que explican los factores comunes de todas las cosas, y que (p. 37) no explican el ser de ninguna cosa particular; que así deben ser consideradas sin relación alguna con el tiempo, desde el punto de vista de la eternidad.

p.45 LA IDEA DE CADA UNO Y TODOS LOS CUERPOS, O DE CADA COSA PARTICULAR EXISTENTE EN ACTO, IMPLICA NECESARIAMENTE EL ETERNO E INFINITO SER DE DIOS. Dem.: La idea de una cosa particular existente en acto, necesariamente implica tanto la existencia como el ser de esa cosa (p. 8). Las cosas singulares no son ni posible ni concebibles sin Dios (I. /15); pero como (p. 6) su causa es Dios considerado según el atributo del cual éstas son modos,sus ideas deben necesariamente implicar (I. /a. 4) el concepto de ese atributo, i.e. (I. /d. 6) el eterno e infinito ser de Dios.; qed.

sc. Aquí por existencia no entiendo duración, i.e. existencia considerada superficialmente y desde un punto de vista cuantitativo. Me refiero aquí más bien de la misma naturaleza de la existencia que es asignada a las cosas particulares, dado que de la eterna necesidad de la naturaleza de Dios (I. /16) se siguen una infinidad de infinitos modos. Me refiero, repito, a la propia existencia de las cosas en la medida que estan en Dios. Pues, si bien cada cosa particular está determinada por otra cosa particular para existir en una determinada forma, sin embargo la fuerza por la cual cada una persevera en la existencia (i. e. su propio poder) sigue de la eterna necesidad de la naturaleza de Dios (I. /24 cor.).

p.46 EL CONOCIMIENTO DEL SER ETERNO E INFINITO DE DIOS QUE IMPLICA CADA IDEA, ES ADECUADO Y PERFECTO. Dem. La demostración de p. 45 es universal; si una cosa es considerada como parte o todo, su idea implicará el ser eterno e infinito de Dios. Por tanto, lo que da el conocimiento del eterno e infinito ser de Dios es común a todos, y está tanto en la parte como en el todo; por tanto (p. 38) este conocimiento será adecuado; qed.

p.47 TENEMOS UN CONOCIMIENTO ADECUADO DEL SER ETERNO E INFINITO DE DIOS. Dem.: Tenemos ideas (p. 22) mediante las cuales (p. 23) nos percibimos nosotros, nuestro cuerpo (p. 19) y los cuerpos externos (cor. 1 & 2 /p. 16 & p. 17) como existentes en acto; por tanto (p. 45 & 46) tenemos un etc.; qed.

sc. De ésto podemos ver que el infinito ser y eternidad de Dios son conocidos por todos. Dado que todas las cosas están en Dios y son comprendidas mediante Dios, podemos deducir de este conocimiento muchas cosas en forma adecuada y , así, formar ese conocimiento del tercer tipo del cual hablamos sc. /p. 40 y de cuya excelencia y uso tendremos ocasión de hablar en parte V. Si las personas no tienen de Dios un conocimiento tan claro como él que tienen de las nociones comunes, es debido a que no pueden imaginar a Dios, como lo hacen con los cuerpos, y también por cuanto han asociado el nombre de Dios con imágenes de cosas que les son familiares, como de hecho difícilmente pueden evitar hacer, al ser continuamente afectados por cuerpos externos. De hecho muchos errores pueden atribuirse a que no aplicamos los nombres correctamente a las cosas. Por ejemplo, cuando alguien dice que las líneas trazadas desde el centro de un círculo a su circunferencia no son iguales, entonces obviamente está asignando a la palabra círculo un significado distinto a del matemático.

Nuevamente cuando las personas cometen errores en sus cálculos, tienen un conjunto de cifras en su mente y otro en el papel. Si pudiéramos ver en sus mentes, no han cometido un error, parece que lo hicieran, por cuanto asumimos que tienen los mismos números en su mente y en el papel. Si no fuera así, no creeríamos que han cometido un error, como tampoco pensé que lo había cometido el hombre, a quien recientemente escuché decir que su patio había volado hacia la gallina de un vecino, pues su sentido me pareció suficientemente claro. Muchas controversias se han suscitado por el hecho que la gente no explica correctamente sus pensamientos, o no interpretan correctamente los pensamientos de otros. En verdad, cuando más se contradicen, o bien piensan lo mismo o cosas diferentes,de modo que lo que suponen errores o absurdos en su rival, no lo son.

p.48 NO POSEEMOS UNA VOLUNTAD LIBRE O ABSOLUTA, SINO SOMOS DETERMINADOS A DESEAR ESTO O AQUELLO, POR UNA CAUSA QUE TAMBIEN ES DETERMINADA POR OTRA CAUSA, Y ESTA POR OTRA CAUSA, Y ASI HASTO LO INFINITO. Dem.: Nuestra mente es un determinado modo de pensar (p. 11) y por tanto no puede ser la causa libre de sus acciones (I. /17 cor. 2); i.e. no puede tener una facultad absoluta para desear o rehusar; sino debe ser determinada (I. /28) por una causa etc. qed.

sc. En la misma forma se demuestra que no tenemos ninguna facultad absoluta de conocer, desear, amar etc. De ésto sigue que éstas y similares facultades son o totalmente ficticias, o simplemente un término metafísico o general, como estamos acostumbrados a abstraer de casos particulares. De este modo, el entendimiento y voluntad son a ésta o aquella idea, o a ésta o aquella volición, como pétreo es a ésta o aquella piedra, o como el hombre es a Pedro y Pablo. La causa que lleva a los hombres a considerarse libres, ha sido indicada en el Apndice a éla parte I. Pero antes de seguir adelante, se debe indicar que por voluntad quiero decir la facultad de afirmar o negar, no el deseo o hecho de desear. Quiero decir, repito, nuestra facultad de afirmar o negar lo que es verdadero o falso, y no el deseo por el cual queremos poseer o alejarnos de una cosa cualquiera dada. Después de demostrar que estas facultades son nociones generales (que no difieren de las cosas particulares de las cuales se formaron) debemos investigar si las voliciones mismas son algo más que ideas de cosas. Debemos investigar, digo, si en nuestra mente existe alguna afirmación o negación, mas allá de la que la idea, como tal, implica. Sobre este tema consideren la próxima proposición y d. 3 para evitar que nuestro pensamiento se rebaje al simple estado de dibujos. Pues, por ideas no entiendo imágenes como se forman en la parte posterior del ojo, o en medio del cerebro, sino conceptos de nuestro entendimiento.

p.49 NO TENEMOS VOLICIONES i.e. AFIRMACIONES NI NEGACIONES, FUERA DE LAS VOLICIONES QUE UNA IDEA IMPLICA COMO TAL. Dem.: No hay una facultad absoluta de desear o rehusar (p. 48) sino sólo voliciones particulares i.e ésta o aquella afirmación o negación. Consideremos cualquier volición particular e.g. la forma de pensamiento que afirma que los tres ángulos internos de un triángulo son iguales a dos ángulos rectos. Esta afirmación implica el concepto o idea de un triángulo y no es concebible sin éste. Es lo mismo que decir que el concepto "A" debe implicar el concepto "B", es decir que "A" es inconcebible sin "B". Además, esta afirmación no puede expresarse (a. 3) sin la idea de un triángulo. Por tanto, esta afirmación no es posible ni concebible sin la idea de un triángulo. Además, esta idea de un triángulo debe implicar la misma afirmación, o sea que la suma de sus tres ángulos internos es igual a dos ángulos rectos. Por tanto, y vice versa, esta idea de un triángulo no es posible ni concebible sin esta afirmación; por tanto, esta afirmación pertenece al ser de la idea de un triángulo y no es nada más. Lo que hemos expresado de esta volición (por cuanto la elegimos al azar) se puede decir de cualquier volición, o sea que no es nada fuera de la idea. qud.

cor. VOLUNTAD Y ENTENDIMIENTO SON UNA Y LA MISMA COSA. Dem.: Voluntad y entendimiento no son sino voliciones e ideas individuales (p. 48 + sc.). Pero una volición particular y una idea particular son una y la misma cosa (p. 49); por tanto, voluntad y entendimiento son una y la misma cosa. qed.

sc. Así hemos suprimido la más frecuente de las causas de error. Pues hemos demostrado que la falsedad consiste solamente en falta de conocimiento, implicada por ideas incompletas y confusas. Por tanto , una idea falsa, como tal, no implica certeza. De modo, que cuando decimos que alguien afirma una falsedad y que no tiene dudas al respecto, no expresamos que tiene certeza, sino meramente que no tiene dudas, o que afirma una falsedad, faltando razones que harían dudar su imaginación (sc. /p. 44). Así, si bien se puede asumir que el hombre afirma una falsedad, nunca podremos decir que tiene certeza. Por certeza significamos algo positivo (p. 43) y no simplemente la ausencia de duda. Pero la ausencia de certeza significa falsedad. Sin embargo, a fin de explicar totalmente la proposición 49, llamaré su atención respecto a algunos puntos adicionales y responderé a ciertas objeciones que pueden ser opuestas a nuestra doctrina. Finalmente para suprimir todo escrúpulo, he pensado conveniente indicar algunas de las ventajas de nuestra doctrina. Digo algunas, pues serán apreciadas mejor de lo que diré en la parte V.

Para empezar, advierto al lector que haga una distinción exacta entre una idea o concepto de nuestra mente, y la imagen de las cosas que imaginamos. Además debe distinguir entre la idea y las palabras por las cuales designamos estas cosas. De hecho, estas tres: imágenes, palabras e ideas, son por muchos o totalmente confundidas o no se las distingue con suficiente claridad, e ignoran por completo esta nuestra doctrina de la voluntad, valiosa tanto para el pensamiento creativo como para conducir la vida con sabiduría. Quienes creen que las ideas consisten en las imágenes que formamos mediante el contacto con los cuerpos externos, se convencen que las ideas de aquellas cosas, de las cuales no podemos formar imágenes, no son ideas sino sólo invenciones, que inventamos por libre decreto de nuestra voluntad; así consideran las ideas como cuadros inanimados en un panel y, equivocados por esta opinión, no se dan cuenta que una idea, como tal, implica una afirmación o negación.

Por otra parte, quienes confunden las palabras con ideas, o con la afirmación implicada por una idea, creen que pueden desear algo contrario a lo que sienten, afirman o niegan--mientras sus afirmaciones o negaciones son solamente verbales. Pero todos estos prejuicios serán fcilmente ráechazados por quien esté atento a la propia naturaleza del Pensamiento, lo cual en forma alguna implica el concepto de Extensión; y por tanto entenderá claramente que una idea, que es una forma de pensamiento, no consiste ni en imágenes ni en palabras. Pues la naturaleza de las palabras e imágenes consiste exclusivamente en algunos movimientos corporales y no implica en absoluto el concepto de Pensamiento. En este tema serán suficiente estas pocas palabras.

Paso a las objeciones. La primera es opuesta por quienes creen que la voluntad tiene una mayor amplitud que el entendimiento y así difiere de éste. Justifican su creencia diciendo que " para asentir a una infinidad de cosas que no percibimos, no es necesario un aumento en nuestra facultad de asentir actual (i.e. para afirmar o negar) pero este aumento sería necesario en nuestro poder intelectual". De esta forma, dicen, la voluntad se distingue del entendimiento, siendo el último finito y el primero infinito. En segundo lugar, se puede objetar que la experiencia parece enseñarnos muy claramente, que podemos suspender nuestro juicio para no asentir a cosas que percibimos; ésto es confirmado por el hecho que no se dice que nadie se engaña, en la medida que percibe algo, pero sólo en la medida que afirma o niega. Por ejemplo, quien forja un caballo alado, no por ésto admite que exista un caballo alado; ésto es, él no es engañado, a menos que además admita la existencia del caballo alado. " Nada, entonces, parece ser más claramente ensañado por la experiencia, que la voluntad, o nuestra facultad de asentir, es libre y diferente de nuestro poder intelectual".

En tercer lugar se puede objetar que una afirmación no contiene aparentemente más realidad que otra; i.e. no parece que necesitemos un poder mayor para afirmar que lo verdadero es verdadero, que para afirmar que lo falso es verdadero. Sin embargo, hemos visto que una idea tiene más realidad o perfección que otra; pues en la medida que algunos objetos son más excelentes que otros, así también sus ideas, algunas son más excelentes que otras; ésto también parece indicar una diferencia entre voluntad y entendimiento. En cuarto lugar se puede objetar, si no actuamos por libre albedrío ¿Qu sucéede si los incentivos a la acción son iguales, como en el caso del asno de Buridán? ¿Perecerá de hambre y sed? Si afirmamos, estaremos considerando un burro o la estatua de un hombre, y no un hombre. Si decimos que no, entonces determinaría sus propias acciones y poseería por tanto la facultad de obrar a voluntad. Se pueden hacer otras objeciones, pero como no estoy obligado a demostrar todo lo que la gente pueda soñar, solamente refutaré las que he enumerado, y éso tan brevemente como sea posible.

A la primera objeción replico que admito que la voluntad es más amplia que el entendimiento, si se entiende por éste último sólo ideas claras y distintas; pero niego que la voluntad tenga un dominio más amplio que el dominio de nuestras percepciones o nuestro poder de concebir; ni veo porqué nuestra facultad de volicin pueda óllamarse infinita, en mayor grado que nuestra facultad de sentir; pues si podemos afirmar una infinidad de cosas--una tras otra, pues no podemos afirmar simultáneamente una infinidad de cosas--tambin podeméos sentir o percibir en sucesión un número infinito de cuerpos. Si se dice que hay una infinidad de cosas que no podemos percibir, contesto que no podemos alcanzarlas por ninguna forma de pensamiento, y por tanto por ninguna facultad de volición. Pero podría insistirse, " si Dios quisiera que pudiéramos percibirlas, estaría obligado a dotarnos de una facultad mejor de percepción, pero no de una voluntad mayor que la que poseemos ". Esto es igual a decir, si Dios desea que podamos conocer una infinidad de otros seres, sería necesario que nos dotara de un entendimiento mayor, pero no sería necesario que nos diera una idea más universal del ser que la que ya poseemos, a fin de comprender estos infinitos seres. Hemos demostrado que la voluntad es una generalización o idea, mediante la cual explicamos todas las voliciones particulares, i.e. aquello que es común a toda volición. Como entonces nuestros oponentes mantienen que esta idea, común a toda volición, es una facultad, no es de extrañar que afirmen que tal facultad se extiende hacia el infinito, mas allá de los límites del entendimiento; así, lo universal se predica de uno, de muchos y de un número infinito de individuos.

A la segunda objeción replico negando que tengamos el poder de libremente suspender nuestro juicio; pues al decir que alguien suspende su juicio, simplemente decimos que no parece percibir el sujeto en forma adecuada. La suspensión del juicio es así, estrictamente hablando, una percepción y no un libre albedrío. Para ilustrar este punto . supongamos un muchacho que imagina un caballo, y sin percibir nada más. En la medida que esta imaginación implica la existencia de un caballo (cor. /p. 17) el muchacho considerará necesariamente el caballo como presente; no podrá dudar de su existencia, si bien no está seguro de ésta. Experimentamos este tipo de cosas en los sueños, ésto es diariamente, pero no creo que nadie pretenda que, mientras sueña, tenga la libre facultad de suspender su juicio sobre las cosas en sus sueños, y lograr no soñar aquello que sueña que ve; sin embargo sucede, aún en sueños, que suspendemos nuestro juicio, en otras palabras que soñamos que soñamos. Concedo además, que nadie es engaado, en la mediñda que percibe i.e. concedo que nuestra imaginación, como tal, no implica error (sc. /p. 17), pero niego que un hombre no afirme nada en cuanto percibe. ¿ Qué es la percepción de un caballo alado, excepto afirmar que un caballo tiene alas? Si solamente pudiéramos percibir el caballo alado, lo consideraríamos como presente, no tendríamos razón para dudar de su existencia, ni facultad alguna para disentir, a menos que la imaginación del caballo alado estuviese unida a una idea que niegue la existencia del dicho caballo, o a menos que percibamos que nuestra idea de un caballo alado es inadecuada; en este caso necesariamente o negaremos la existencia del caballo, o dudaríamos al respecto.

Creo haber adelantado mi respuesta a la tercera objeción, i.e. que la "voluntad" es una generalización predicada de todas las ideas y significando aquello que es común a todas las ideas, en otras palabras una afirmación que, como abstracción, es adecuada y la misma en todas las ideas; pero no al ser considerada como propiedad de una idea particular; las afirmaciones particulares difieren entre sí, tanto como las ideas. Por ejemplo, la afirmación que implica la idea de un círculo difiere de la que implica la idea de un triángulo, tanto como la idea de un círculo difiere de la de un triángulo. Adems, niego absoálutamente que necesitemos un poder de pensamiento igual para afirmar la verdad de lo que es verdadero y para afirmar la verdad de lo que es falso. Pues estas dos afirmaciones, referidas a nuestra mente, se comportan como el ser con respecto a la nada; en efecto, no hay nada positivo en ideas que constituyen falsedades (sc. /p. 35 & sc. /p. 47). Así podemos ver cuan fácilmente podemos errar al confundir universales con singulares, y los entes de la razón y abstracciones con los hechos de la realidad.

En cuanto a la cuarta objeción, estoy dispuesto a admitir que un hombre colocado en el equilibrio descrito, o sea percibiendo solamente hambre y sed, un cierto alimento y cierta bebida, cada una equidistante de él, moriría de hambre y sed. Pero si se me pregunta si este hombre no debe considerarse más como un asno que como un hombre, contesto que no sé; ni tampoco sé que pensar de un hombre que se ahorca, o de los niños, tontos y locos etc.

Falta indicar las ventajas que el conocimiento de nuestra doctrina tiene para la conducta de la vida; ésto puede fácilmente deducirse de lo dicho anteriormente: 1º) Que enseña que actuamos según los decretos de Dios y participamos de la naturaleza divina, y en mayor grado en la medida que actuamos con mayor perfección y comprendemos más y más a Dios. Semejante doctrina no sólo tranquiliza el espíritu, sino nos demuestra donde radica nuestra suprema felicidad, en otras palabras, en la sola conciencia de Dios, mediante la cual somos impulsados a actuar como nos indican el amor y la devoción. Podemos, de esta forma, ver cuan alejados de la virtud están quienes esperan ser recompensados ricamente por Dios por sus buenas acciones, como por haber sufrido la más dura esclavitud; como si la virtud y la devoción hacia Dios, como tales, no fueran la suprema felicidad y libertad. 2º) Nos ensea como debeñmos comportarnos con respecto al azar, o cosas que no están en nuestro poder ni siguen de nuestra propia naturaleza. Es decir: esperar y soportar los dones y golpes de la fortuna con espíritu ecuánime, considerando que todas las cosas siguen del eterno decreto de Dios con la misma necesidad, que de la naturaleza de un triángulo sigue que la suma de sus tres ángulos internos es igual a dos ángulos rectos. 3º) Esta doctrina protege la vida social, en la medida que enseña a no odiar a nadie, ni despreciar, burlarse, envidiar ni enojarse con nadie. Además al decirnos que cada cual debe estar satisfecho con lo suyo y ser útil a los vecinos, no por femenil piedad, favor o supersticin, sino solamente óbajo la dirección de la razón, según lo exijan el tiempo y la ocasión, como demostraremos en la parte IV. 4º) Finalmente, esta doctrina confiere no poca ventaja a la nación, pues enseña como los ciudadanos deben ser guiados y gobernados, no como si fueran esclavos sino para que libremente obren lo mejor. Así he cumplido con lo prometido al inicio de este escolio y así termino la parte II de mi tratado. Creo haber explicado lo suficiente la naturaleza y propiedades de la mente y, considerando las dificultades del tema, con suficiente claridad.

Aquí dejo los cimientos sobre los cuales puedan deducirse muchas excelentes conclusiones de la mayor utilidad y cuyo conocimiento es muy necesario, lo que se explicar en parte ená lo que sigue.

© John David Garcia, 1992, All rights Reserved.